lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuando se deja de frecuentar a los verdaderos amigos, se pierde el equilibrio

Muy pocos conocen el poder de la verdadera amistad, si vos tenes la suerte de conocerla, sentite afortunado.


La amistad es una relación, en la cual hay que trabajar. No basta con señalar que uno es amigo de otra persona. Con ello no ocurre nada. La amistad es todo lo contrario, es dedicarse a esa otra persona, destinarle tiempo, para saber de ella, como está, cuales son sus sueños y aspiraciones. 
Es preocupación y compromiso frente as sus necesidades. Es saber escuchar y no querer ser escuchado. Por lo mismo, es que uno no es amigo de todas las personas. Ya que uno no siempre está dispuesto a abrirse y dar el mismo esfuerzo por todos los que nos rodean. Es por ello, que muchas personas que a veces frecuentamos son sólo conocidas. En variadas los vemos y saludamos, pero no nos damos el tiempo o no nos esforzamos por profundizar aquella relación.

Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo sera siempre un HERMANO 

Pero hay una cosa clara, cuando uno conoce a una persona, se siente algo especial, en la medida que creamos que vamos a llegar a ser amigos. Existe un no sé qué, que proviene del alma. Ya que entre amigos existe una clara atracción espiritual. Por lo mismo, para hacer amigos, no hay una receta universal. Esta, sola se da. Lo único que hay que hacer, es conocer a distintas personas. Ya que no se puede fabricar una amistad. La mistad no se fuerza. Se da de manera gratuita.